Maravillosos pensamientos o exceso de tiempo, es lo que impulsa esta pequeña-gran idea. Todo nace con un pequeño estudio, dedicado al comején, donde descubrimos la importancia de expresar y realizar estudios patafisicos. Decidido, por el inquietísimo Alejandro Betancur, el anonimicimo Daniel Marín se nombra encargado de la parte escrita, lenguaje perdido y burdo. Aceptando ese cargo pesado y grande, el llamado burdo siente la pasión por las soluciones imaginaria, que tanta falta hacen a este pequeño mundo cuadrado.
Agradecimiento al inquietísimo Alejandro Betancur, por su apoyo en el primer esfuerzo de escritura del anonimicimo Daniel Marín llamada “La novela del burdo”.
Espacio para escapar de tantos sujetos y vida de mierdad, entra a tu vida patafisica.
Faustrollicamente
Daniel Marín
Agradecimiento al inquietísimo Alejandro Betancur, por su apoyo en el primer esfuerzo de escritura del anonimicimo Daniel Marín llamada “La novela del burdo”.
Espacio para escapar de tantos sujetos y vida de mierdad, entra a tu vida patafisica.
Faustrollicamente
Daniel Marín
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